Estaba al final de aquel pasillo, esperando... Esperando a que llegaras, miraba ansiosa el reloj de mi muñeca no recuerdo la hora pero cada vez mi corazón latía mas fuerte recuerdo tener algo en la otra mano con lo que jugaba entretenidamente. ¡Feliz! Así me sentía en ese momento, por fin te iba a conocer, no sabía cómo reaccionar al vernos… Porque siempre que nos “hablábamos” era de una manera extraña, no como lo hacia con las demás personas… Seguíamos una rutina al hacerlo ¿Te has dado cuenta? Y que pasaría si cuando nos viéramos nos quedamos en silencio sin saber que decir… Eso sería un problema porque nos empezaríamos a aburrir y luego a fastidiar… Volví a dar un vistazo mas a mi reloj, ¡Ya era ese momento!.
Mire a los lados y… Nada… Estaba sola… Comencé a pensar que no llegarías, eso me hizo sentir como estúpida, ¿Y si te estabas burlando de mi? Tal vez estarías en algún lugar escondiendo tu presencia viéndome a lo lejos riendo por haberme hecho creer que por fin te conocería en persona. Levante la vista de nueva cuenta esperanzada a ver tu cuerpo acercarse a mí. Contuve la respiración durante unos segundos al ver a alguien venir en mi dirección; Jamás había visto una foto tuya, no te conocía de esa forma y realmente jamás me intereso hacerlo, pero por alguna razón habíamos quedado para vernos ese… Desvié la vista hacia tras de ti, el sol estaba cayendo, al parecer habíamos quedado de vernos al atardecer. Vi de soslayo mi reloj, no veía la hora pero sabía que ese era el momento correcto.
Estaba segura de que eras tú quien se acercaba a paso calmado, algo me lo decía, tenía esa tonta sensación que me daba al empezar a charlar contigo… El vacio en mi estomago dejaba en claro mi nerviosismo, mi mano seguía jugando con aquel objeto detrás de mi espalda. ¿Por qué no me intereso saber que era en ese momento? Ahora despierta me lo pregunto…
Sonreí ampliamente al verte a unos pasos de mi, apenas si pude ver tu rostro, no lo recuerdo; Porque cada vez que intentaba enfocarlo algo me lo impedía era como si solo pidiera ver un poco más arriba de tus labios, no me importo ese insignificante hecho. Tu cuerpo estaba parado frente a mí. Tampoco recuerdo que es lo que vestías y mucho menos el sonido de tu voz.
Y en ese momento… Todo cambio. Vi mi cuerpo junto al tuyo platicando, no escuchaba nada, simplemente movías tus labios al igual que yo, soltando palabras y una que otra escueta risa por mis tonterías. Lo sabía, era más placentero ver que era yo la que te daba ese poco de felicidad en ese momento, aunque no escuchaba nada sentía las palabras, las emociones y sobre todo tu presencia. Me acerque un poco más a ti, tu apenas si te diste cuenta, seguías hablando, supongo, pues aun movías tus labios y yo al parecer no interrumpía, escuchaba todo lo que me decías, aunque fuera ilógico pues el sonido de tus palabras no me llegaba, sabía que hablabas pero nada… Al parecer no necesitábamos del sonido para entendernos. Tu rostro mostro sorpresa, al verte en el abrazo que te daba, suavemente estruje tu cuerpo con el mío, era verdad lo que me decías eras mas… Aspire tu cálido aroma que inundo mi nariz sonriendo bobamente por eso. Murmure algo, pero no recuerdo que fue y tu solo reíste, una risa pequeña, sutil, cantarina. Como si hubieras escuchado mis palabras y te alegraras de oírlas.
Y en ese momento… Todo cambio. Vi mi cuerpo junto al tuyo platicando, no escuchaba nada, simplemente movías tus labios al igual que yo, soltando palabras y una que otra escueta risa por mis tonterías. Lo sabía, era más placentero ver que era yo la que te daba ese poco de felicidad en ese momento, aunque no escuchaba nada sentía las palabras, las emociones y sobre todo tu presencia. Me acerque un poco más a ti, tu apenas si te diste cuenta, seguías hablando, supongo, pues aun movías tus labios y yo al parecer no interrumpía, escuchaba todo lo que me decías, aunque fuera ilógico pues el sonido de tus palabras no me llegaba, sabía que hablabas pero nada… Al parecer no necesitábamos del sonido para entendernos. Tu rostro mostro sorpresa, al verte en el abrazo que te daba, suavemente estruje tu cuerpo con el mío, era verdad lo que me decías eras mas… Aspire tu cálido aroma que inundo mi nariz sonriendo bobamente por eso. Murmure algo, pero no recuerdo que fue y tu solo reíste, una risa pequeña, sutil, cantarina. Como si hubieras escuchado mis palabras y te alegraras de oírlas.
Vi tus labios moverse y fue mi turno de sorprenderme y reír levemente al igual que tu hace solo un segundo, no mengue el agarre en ningún momento incluso creo que lo hice mas férreo. En ese momento me pregunte en donde había dejado eso que tenia jugando con mi mano hace un tiempo, pero de nuevo no importo. Me separe un poco de ti mirando tu rostro, pero no pude fue como si una sombra lo cubriera y dejando a la vista solo tus labios. Una leve sonrisa había en ellos. Murmure algo mas y tu negaste y eso me confundió, parecías… Parecía que estabas triste, eso no me gusto, tome tus hombros con algo de fuerza pero tú solo seguías negando lentamente, pase una mano acariciando tus cabellos y sonreí, sonreí tratando de enfundarte seguridad. ¿Por qué lo hacía?... Aun no estaba claro. Tarde un poco, pero creo que lo logre, me diste un susurrante si, apenas si tus labios articularon la palabra pero lo entendí a la perfección. Mire de nueva cuenta detrás de ti y señale el atardecer, volteaste y tus labios se curvearon en un intento de sonrisa. Volviste a murmurar algo y reí más fuerte, supongo que fue algo gracioso porque me dio demasiada gracia. Alce mi muñeca y te mostré la hora, diste un suspiro. Tome tu mano y me pareció apreciar un leve estremecimiento en tu cuerpo, dije algo y tu volteaste tu cara en la dirección contraria. Eso también me dio mucha gracia.
Camine contigo a mi lado unos pasos más hacia… Hacia algún lugar. Sorprendente; no recuerdo hacia donde caminamos pero no fue mucho, al menos no me pareció eso a mí. El lugar era algo parecido a un claro, podíamos observar aun el atardecer. ¿Acaso era eterno? Me parecía que sí. Deje tu mano y me coloque enfrente de ti, sabía que me mirabas sentía tus ojos clavados en los míos, no había marcha atrás por eso habíamos quedado en conocernos ese día.
Tome algo de mi espalda ¿Cómo diablos guarde eso? ¿Tú también traías uno?... Y sin mas volví a abrazarte y tu, como si fuese un espejo hiciste lo mismo incluso al mismo tiempo, vi rodar unas lagrimas de mis ojos que bajaban lentamente por mis mejillas empapándolas con ese liquido salino. Y volví, volví a antes, ya no veía eso como una espectadora si no como la persona que sentía ese liquido correr por mi mano, y el olor metálico llegando a mi nariz, la calidez de la sangre manchando mis dedos mientras clavaba cada vez más el cuchillo en tus entrañas, sentía el abrir de tu carne a cada centímetro que lo metía, era suave más de lo que había imaginado antes; pensaba que me tomaría mas trabajo incrustarlo pero no, todo era demasiado fácil, tanto que me pregunte si realmente era tu cuerpo al que le estaba quitando la vida. Tu mano libre se aferraba a mi blusa. ¿Traía una blusa? No recuerdo el color…
Me sentía feliz, que extraño. Mi mano comenzaba a resbalas cada vez más, salía demasiada sangre y no estaba asustada, sin embargo algo me hizo sentirme incomoda, sacaste el cuchillo con el que tú me habías apuñalado y lo encajaste más fuerte en mi, di un leve quejido pero no me moví ni moví el que tenias tu en el estomago, ahora que me daba cuenta sentía mojado mi abdomen y mis piernas, y un dolor comenzaba a darse lugar en mi cuerpo, entumeciendo mis músculos y haciendo que cada vez temblaran mas mis rodillas, Recargue mi cabeza en tu hombro, pienso que tú estabas igual que yo pues de un momento a otro deje de sentir la fuerza con la que empuñabas esa arma. Ladee mi cabeza y di un sutil beso en tu mejilla volviendo a susurrarte algo y dejar escapar una risa débil dejando en mis labios una sonrisa de satisfacción.
Por fin el sol estaba ya ocultándose por completo detrás de nuestros cuerpos, te di un último abrazo antes de caer en el suelo, la vista ya la tenía algo borrosa pero logre distinguir tu cuerpo no muy lejos del mío, tendido en el suelo con una gran mancha roja que a los segundos que el sol dejaba de dar luz se empezaba a tornar más obscura. Creo que me dijiste algo pero eso… Eso ya no logre comprenderlo, me sentía cansada, raro… No había casi nada de dolor, solo cansancio. Sonreí y tu devolviste la sonrisa tan cálida como la mía. Y por fin, ambos pares de orbes se cerraron teniendo como ultimo respiro el cálido viento de la noche y como ultimo escenario la luna llena testigo de aquel primer encuentro tan maravillosamente hermoso.
Camine contigo a mi lado unos pasos más hacia… Hacia algún lugar. Sorprendente; no recuerdo hacia donde caminamos pero no fue mucho, al menos no me pareció eso a mí. El lugar era algo parecido a un claro, podíamos observar aun el atardecer. ¿Acaso era eterno? Me parecía que sí. Deje tu mano y me coloque enfrente de ti, sabía que me mirabas sentía tus ojos clavados en los míos, no había marcha atrás por eso habíamos quedado en conocernos ese día.
Tome algo de mi espalda ¿Cómo diablos guarde eso? ¿Tú también traías uno?... Y sin mas volví a abrazarte y tu, como si fuese un espejo hiciste lo mismo incluso al mismo tiempo, vi rodar unas lagrimas de mis ojos que bajaban lentamente por mis mejillas empapándolas con ese liquido salino. Y volví, volví a antes, ya no veía eso como una espectadora si no como la persona que sentía ese liquido correr por mi mano, y el olor metálico llegando a mi nariz, la calidez de la sangre manchando mis dedos mientras clavaba cada vez más el cuchillo en tus entrañas, sentía el abrir de tu carne a cada centímetro que lo metía, era suave más de lo que había imaginado antes; pensaba que me tomaría mas trabajo incrustarlo pero no, todo era demasiado fácil, tanto que me pregunte si realmente era tu cuerpo al que le estaba quitando la vida. Tu mano libre se aferraba a mi blusa. ¿Traía una blusa? No recuerdo el color…
Me sentía feliz, que extraño. Mi mano comenzaba a resbalas cada vez más, salía demasiada sangre y no estaba asustada, sin embargo algo me hizo sentirme incomoda, sacaste el cuchillo con el que tú me habías apuñalado y lo encajaste más fuerte en mi, di un leve quejido pero no me moví ni moví el que tenias tu en el estomago, ahora que me daba cuenta sentía mojado mi abdomen y mis piernas, y un dolor comenzaba a darse lugar en mi cuerpo, entumeciendo mis músculos y haciendo que cada vez temblaran mas mis rodillas, Recargue mi cabeza en tu hombro, pienso que tú estabas igual que yo pues de un momento a otro deje de sentir la fuerza con la que empuñabas esa arma. Ladee mi cabeza y di un sutil beso en tu mejilla volviendo a susurrarte algo y dejar escapar una risa débil dejando en mis labios una sonrisa de satisfacción.
Por fin el sol estaba ya ocultándose por completo detrás de nuestros cuerpos, te di un último abrazo antes de caer en el suelo, la vista ya la tenía algo borrosa pero logre distinguir tu cuerpo no muy lejos del mío, tendido en el suelo con una gran mancha roja que a los segundos que el sol dejaba de dar luz se empezaba a tornar más obscura. Creo que me dijiste algo pero eso… Eso ya no logre comprenderlo, me sentía cansada, raro… No había casi nada de dolor, solo cansancio. Sonreí y tu devolviste la sonrisa tan cálida como la mía. Y por fin, ambos pares de orbes se cerraron teniendo como ultimo respiro el cálido viento de la noche y como ultimo escenario la luna llena testigo de aquel primer encuentro tan maravillosamente hermoso.